María del Pino explica lo duro que fue la recuperación de la operación pero también que con esfuerzo lo ha conseguido, ya que quería seguir luchando por sus hijos.
“Me quedaba un hilito de la cervical y otro hilito de la cadera y claro no sabía por dónde empezar porque era muy fuerte lo que yo tenía, que era lo que me ha llevado a estar así, se me partió la cadera. La cervical, porque me operaron primero de la cervical, me ha quedado bien, pero cuando me partió la cadera, no me podían tocar la cama, la enfermera la pobre venía a bañarme y todo, que va no me podían tocar, eran los gritos que se oía por toda la clínica, y hasta ahí. Pero después tuve que luchar porque no, no sabía caminar, no sabía coger la cuchara en la mano, era a empezar de nuevo, como si hubiera nacido y poquito a poco fui haciendo un pequeño esfuerzo día tras día para llegar como yo he estado.”