En el caso de Verónica un cáncer de cuello de útero (tumor maligno) fue lo que complicó sus posibilidades de tener hijos, además de la artritis reumatoide en la que ha derivado.
Hay por lo visto muchas mujeres operadas de cáncer de cuello de útero que luego se quedan embarazadas con muchísima normalidad. En mi caso no ha sido así. A mí me quitaron casi todo el cuello del útero. Es muy… es … pues una cosa muy muy pequeñita pero me cortaron casi todo. Claro, no saben hasta dónde llegaban las células cancerígenas entonces tienden a tirar un poco para arriba. Y luego por lo visto el coserme la parte interior del útero donde cortaron les costó bastante según los ginecólogos que me operaron. Y eso todo ha quedado estupendo pero el caso es que de cara a la reproducción no no, no, no ha sido así. No. Ahí hay una barrera, o un problema y no llegan donde tienen que llegar. O sea que para mí en mi caso sí ha tenido consecuencias.
De hecho puede pasar incluso que en el caso de quedarme embarazada, que se fecunde un óvulo y que esta artritis reumatoide como me ataca es mi cuerpo pues a las, nada, dos horas, dos días, se lo carga. Eso me dijo la reumatóloga. No, no, no sabe si me pasa a mí o no me pasa pero que es algo que puede pasar, ¿no?, con esta enfermedad. Al ser tu propio sistema inmunológico el que te ataca a tí pues, claro, ve ahí un cuerpo extraño y dice “¿esto qué es? sshhh: fuera”. Con lo cual también es más difícil un embarazo.