A Verónica le llama la atención que los mismos profesionales que trabajan en el sistema público y luego en consulta privada se relacionan de forma diferente.
E: ¿Y dices que …?
P: Un médico con su enfermera al lado no …
E: Vale. Y ni siquiera te miraba a la cara.
P: Te digo médico porque era médico y enfermera porque era enfermera, no porque … Pues no. La enfermera sí pero él ni, no te mira ni a la cara. No.
E: ¿En cambio en la consulta privada …
P: No, claro, ahí ...
E: … es diferente?
P: ... cambia todo. Sí, hombre. Es otra atención ya. Cuando llegas es el personal de ahí, no sé si es personal sanitario o no, supongo que el que está en recepción y todo esto es … no sé, es … son más no sé, tienen una sonrisa, un … más cariñosos. Al principio bueno es una consulta normal pero claro a mí por ejemplo, imagínate todas estas veces que vamos claro yo llego y me dicen “hola Verónica”. Ya se saben tu nombre porque claro vas tantas veces que sí te conocen, tantas ecografías y tantos rollos, y te ven salir mal, te ven salir bien, ¿sabes? Bueno, incluso alguna vez te dicen “bueno, no te preocupes”. Sabes, que incluso se … empatizan … no te voy a decir en demasía pero sí empatizan contigo. Y luego, bueno, pues los médicos, los que me han atendido a mí, por lo menos, pues, hombre, hay de todo, ¿no? Los hay más agradables a no tan agradables, pero bueno, siempre muy bien, muy correctos, muy explicándote bien más o menos todas las cosas, no todo, porque tú sabes que un médico nunca te va a explicar siempre todo, pero bueno, más o menos sí, y el trato es diferente. Sí, es diferente. Muy diferente. Que es una pena, pero bueno. Porque muchas veces además son los mismos médicos los que te atienden en la Seguridad Social que los que te atienden luego en su consulta privada. ¿La diferencia del comportamiento? Pues no sé. Pues ellos verán.