Asun explica cómo ha hablado sobre la muerte y la necesidad de hacer testamento comparando los dos casos que ha vivido y las diferencias entre uno y otro por este hecho.
E: De sentimientos, ¿hablan abiertamente?
P: Sí, sí, sí. Porque por ejemplo me dijo “Me, me, … quiero …” Digo “yo entiendo que en muchos momentos quieraes morirte, pero nosotros te necesitamos.”
E: Claro ahí un poco…
P: Sí, ahí… y tampoco la puedes,… ¿Me entiendes? Yo ya… Sí que lo hablamos alguna vez, sí, “mira, nos podemos morir todos”.
E: Exacto.
P: En cualquier momento. Somos muy vulnerables. Ahora tu situación de salud pues sí que te deja en una situación… pero tienes que luchar y tienes que estar muy pendiente de tí para que, bueno pues, pueda, no, no afectarte tanto, pero todos nos podemos morir. Nos puede dar infarto, nos puede dar esto, nos puede dar lo otro… Pero… sí que lo hablamos, sus sentimientos sí que abiertamente sí. Yo le he dicho que también “Te tienes que hacer el testamento.”
E: ¿El material? ¿Testamento vital?
P: Sí. No, no, ella no lo ha hecho el testamento vital. Y ni siquiera me ha hecho caso.
...
P: No, lo hablo con mi madre, que es muy mayor y entiende que la vida la tiene ya perdida, ¿no? Entonces, a mí me queda nada, el otro día me dijo “A mí ya dadme la Santa Unción porque un día de estos, yo me levanto mal muchos días”, o sea que ella tiene la cabeza bien y dice “cualquier día no me despierto… y quiero estar preparada”. Pero mi madre sí, mi madre me pide la esquela, me dice lo que le tengo que poner, lo que tengo que hacer después de muerta y lo que tengo yo, cómo tengo yo que vivir, o sea, nos habla de todo.
E: Sí.
P: Pero claro eso son circunstancias distintas.
E: Claro.
P: Mi madre ya está en una edad y ella pues claro, cuando está desesperada pues sí que ve la muerte más cercana y de alguna manera cuando se encuentra mal, pero luego tiene momentos que son compatibles con la buena vida.